El 23 de Febrero de 1.981 el Congreso de los Diputados de España sufrió un intento de golpe de estado militar. El alzamiento que fue rechazado de pleno por la sociedad española supuso un antes y un después en la vida democrática del país.
Pretérito Indefinido: Un evento en el pasado
El 23 de Febrero Tejero asaltó el Parlamento.
Pretérito Imperfecto: La descripción de un momento pasado / Rutinas en el pasado
Cuando entró, todos los congresistas estaban distraídos
Pretérito Pluscuamperfecto: Un evento pasado antes de otro evento pasado
Los militares querían volver a la dictadura que había existido antes
El General Francisco Franco había muerto en el año 1.975. Desde entonces se sucedieron diferentes acontecimientos como el regreso de un rey a España, Juan Carlos de Borbón y Borbón, y se aprobó una Constitución.
Antes había existido una dictadura militar que duró cuarenta años. El país se había roto tras una guerra civil que dividió a España en dos y de la que todavía hoy no se han curado las heridas.
Tras la muerte de Franco se designó un gobierno de transición, que fue el encargado de redactar la Constitución que se pasó en referendum en 1.978 y que fue aprobada con una gran mayoría social. Pero el país todavía era gobernado por las instituciones franquistas y la transición era complicada.
A día de hoy remarcamos el carácter dialogante de todos los políticos que hicieron posible esa transición y que supieron entenderse con quienes tenían ideas diferentes a las suyas.

El Rey Juan Carlos I designó a Adolfo Suárez como presidente del Gobierno de forma provisional hasta que las elecciones fuesen posibles. Las primeras elecciones democráticas se celebraron en España en 1.977 y Suárez las ganó con su partido Unión de Centro Democrático (UCD).
Una de las principales acciones de su gobierno fue desmantelar las Cortes Franquistas para que así el Parlamento fuese plenamente Constitucional, y legalizar los Partidos Políticos que habían estado prohibidos durante la dictadura.
Los militares no lo aprobaban…
Aunque la transición fue ejemplar y la gran mayoría del pueblo español abrazó con fuerza las ideas de libertad y modernidad, los militares no estaban demasiado contentos con muchos de estos cambios.
Fue especialmente controvertida la legalización del PC (Partido Comunista) que había sido perseguido durante décadas en España. Antes habíamos tenido la Operación Galaxia, otro intento de sublevación militar así como innumerables ataques terroristas por la banda terrorista ETA.
Si a eso sumamos que la situación económica del país estaba muy débil, que el gobierno de Adolfo Suárez estaba casi descompuesto, una moción de censura que cambiaba la presidencia sin elecciones y que nadie se ponía de acuerdo en el modelo territorial de España… los militares decidieron tomar cartas en el asunto.
Operación Duque de Ahumada
Los golpistas decidieron llamar a la operación con el nombre del fundador de la Guardia Civil, y a las 18.23 horas el Teniente Coronel Tejero entró con numerosos agentes armados en el hemiciclo y pistola en mano pronunció las palabras que ya han pasado a la historia de España:
¡Quieto todo el mundo!
Las armas se dispararon y todavía hoy se pueden ver los agujeros de bala en el edificio. España entera dejó de respirar, la incertidumbre era total y nadie sabía qué estaba pasando.
Las comunicaciones no iban a la velocidad que van hoy día, al principio no se podía hablar con la gente del interior del Parlamento. La Televisión y la Radio fueron secuestradas y el control fue total.
Pero sucedió algo que hizo pensar a muchos que esta operación no era de todo el ejército. Dentro del edificio y como parlamentario estaba el teniente general del Ejército de Tierra Gutiérrez Mellado, de mayor rango que Tejero.
Este le ordenó que soltase el arma y se negó a sentarse. Fue la primera prueba de que no todo el ejército estaba unido en este golpe de estado. En el segundo 30 del vídeo podéis ver cómo intentan sentarle por la fuerza los golpistas. Quedaba algo de esperanza.
Pedro Francisco Martín, operador de cámara de TVE, arriesgó su vida para ofrecernos las imágenes que hoy día tenemos del acontecimiento, pero estas no se emitieron en directo. En la calle la duda era enorme.
Antiguos perseguidos de la dictadura se fueron a esconderse, mucha gente compró comida y todo lo necesario para pasar otra guerra civil o para escapar corriendo de las bombas. Parecía que la historia iba a repetirse otra vez.
En Valencia el Capitán General Jaime Milans del Bosch sacó los tanques a la calle y desplegó a una fuerza militar de unos dos mil hombres por toda la ciudad. Mientras tanto, nadie en España se atrevía ni a respirar.
¿Dónde estaba el Rey?
El Rey, además de Jefe del Estado Español, también es Jefe de todos los Ejércitos. Por eso todo el mundo esperaba a ver qué iba a hacer. La gente especulaba con demasiadas ideas pero nadie tenía nada clara la situación.
La cúpula militar comenzó a organizar a la autoridad del nuevo gobierno militar de forma provisional, pero el Rey no aceptó estos términos. Pasaron las horas más largas para el país hasta que finalmente, en la madrugada del 24 de Febrero se ofreció este comunicado.
El Rey llamó a todos los altos cargos del ejército a obedecerle y se desmanteló el golpe, especialmente porque Milans del Bosch, que era un monárquico convencido se decidió a retirarse. Tejero sin embargo se resistió algo más.
Gracias a esto la democracia española se vio fortalecida. A día de hoy todavía quedan nostálgicos del franquismo, gente que piensa que fue un conspiración para darle fama al rey y gente que preferiría que los golpistas hubieran ganado… lo que está claro es que hoy, 23 de Febrero, se va a hablar de esto en todas las televisiones del país.