La encontré un día de lluvia, en una carretera de las afueras del pueblo. Era una bolita de pelo mojado, flaca, con los ojos muy grandes. Estaba sola, tiritando, y cuando me vio, vino corriendo. No tenía collar, ni chip, ni miedo. Solo hambre.
Durante las primeras semanas fue fácil: dormía mucho, comía sin parar y me seguía a todas partes. Yo pensaba: “¡Qué suerte he tenido!”. Pero no duró mucho.
Con el tiempo, se convirtió en una bestia. Era una mezcla de Husky y Pitbull, enorme, con una energía que parecía infinita. En casa rompía cojines, zapatos, cables… Una vez destruyó una silla entera en diez minutos. ¡Diez minutos! En la calle, tiraba de la correa como si fuera un caballo, y cuando veía otro perro… mejor no contar.
Pero, a pesar de todo, nunca fue agresiva. Era un torbellino, sí, pero también era buena, cariñosa y muy lista. Aprendía rápido… cuando quería. Me sacaba de quicio, pero también me hacía reír.
Actividad: Completa con la forma correcta del verbo (pretérito imperfecto, indefinido o perfecto)
- La ______ (encontrar, yo) en una carretera de las afueras del pueblo.
- Al principio, ella ______ (dormir) mucho y me seguía a todas partes.
- Yo ______ (pensar): “¡Qué suerte he tenido!”
- Pero pronto todo ______ (cambiar).
- ______ (romper) cojines, zapatos y hasta una silla entera.
- En la calle, ______ (tirar, ella) de la correa como una loca.
- Aunque ______ (ser) muy nerviosa, nunca fue agresiva.
- Me ______ (hacer) reír y desesperar a la vez.
- Hoy ya ______ (tener, ella) siete años.
- Con el tiempo, ella y yo ______ (vivir) muchas cosas juntas.

