La Picaresca

Estamos muy acostumbrados a las historias de hérores. A las grandes hazañas que forjaron reinos, naciones e imperios. Pero existen otras historias mucho más cotidianas, y posiblemente más comunes. Las historias de los deshauciados.

Los antihéroes, los parias, el pueblo llano, aquellos que tienen que buscarse la vida como sea, porque si no es así, se irán a la cama con el estómago vacío. En pleno Siglo de Oro de las artes en españa, surgió un movimiento que dio protagonismo a esta mayoría callada. Hoy hablamos de la picaresca española.

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua nos da cinco definiciones para el pícaro o la pícara:

1. Listo, espabilado.

2. Tramposo y desvergonzado.

3. Que implica cierta intención picante. 
Una comedia pícara.

4. Dañoso y malicioso en su línea.

5. Personaje de baja condición, astuto, ingenioso y de mal vivir, protagonista de un género literario surgido en España en el siglo XVI.

En estas definiciones podemos comprender qué es el pícaro de la literatura, y en la vida real, puesto que los pícaros existen hoy día.

Definición primera: Listo, espabilado

El pícaro, alguien que tiene picardía, es alguien listo y espabilado. Un auténtico ganador en todas las circunstancias de la vida en las que tiene que sobrevivir. Probablemente, solo alguien más pícaro que él o ella podría ganarle la partida. Esta primera definición es positiva, y un gran ejemplo de cómo la sociedad española ve a los líderes en cualquier ámbito.

Para mí, uno de los mayores pícaros, en el buen sentido, de nuestra historia reciente, fue el piloto de motos Ángel Nieto. Fue el primer piloto que consiguió fama, pero consiguió mucho más.

Engañó a su madre para subirse a una moto, tuvo que dormir en un taller de motos siendo solo un niño como parte del sueldo de su trabajo de ayudante de mecánico, todo para que le dejasen subirse a la moto y demostrar sus aptitudes.

En las carreras desmotivaba a sus rivales antes de correr con comentarios inocentes, un auténtico rey del engaño permitido. Una vez en la pista, nadie le veía venir. Algunos hablan que incluso hacía trampas en las zonas del circuito donde no había cámaras de televisión.

Definición segunda: Tramposo y desvergonzado

En la segunda definición la cosa se pone un poco más fea. Alguien que para conseguir sus objetivos no va a dudar en hacer cosas malvadas y saltarse las reglas. Pero fijaos que junto a la definición de tramposo, viene el de desvergonzado. Eso representa al pícaro a la perfección.

Hablamos de alguien que no va a dudar en saltarse las reglas para conseguir un beneficio personal, una persona oportunista y rápida de pensamiento, pero también es alguien desvergonzado, es decir, no le importa que le pillen con las manos en la masa. Lo importante es ganar, la reputación es cosa de nobles.

José Luís Roldán fue el primer civil que llegó a director de la Guardia Civil. Fue presentado como un logro a nivel nacional, por primera vez un cuerpo militar y policial era dirigido por alguien de fuera del ejército.

Robó tanto dinero en tan poco tiempo que pilló a todo el mundo desprevenido. Fue un escándalo y se convirtió en el enemigo público número uno de españa. Fue detenido en los años 90 en el aeropuerto de Bangkok. Luego se demostró que nos había engañado hasta con sus títulos universitarios… Aquí podéis leer su historia.

Definición tercera: intención picante

Aquí vemos un sentido totalmente diferente de la palabra. En este caso hablamos de erotismo. Es posible que el origen de este concepto venga de la vida sexual del pícaro, mucho más liberal que la del resto.

En un país fundamentalmente católico, estos pícaros se saltaban las normas básicas y no parecían estar preocupados por los pecados. Existen revistas, películas y espectáculos de todo tipo considerados pícaros hoy día, usando la palabra como sinónimo de erótico.

Este conjunto de ropa interior femenina se llama picardía, otro claro ejemplo de cómo la novela picaresta ha influido en el lenguaje y la cultura española

Definición cuarta: Malicioso

Volvemos al pícaro más sinvergüenza, esta definición es muy similar a la segunda e incluso a la primera, pero tiene una diferencia muy clara. Este pícaro quiere hacer el mal.

En este apartado podemos incluir a delincuentes de todo tipo, desde psicópatas asesinos a pirómanos. Gente que quiere provocar un mal a la sociedad, así que su motivación no es solo sobrevivir, sino hacer daño.

Creo que no es necesario dar ejemplos de este tipo de personas porque todos sabemos de quienes hablamos, además en la sociedad española nunca se le ha dado fama ni repercusión a este tipo de personajes.

Definición quinta: El pícaro literario

En el S. XVII, el llamado siglo de oro de las artes y las letras en España, surgió un movimiento revolucionario en el Gran Imperio Español: La Novela Picaresca. Esta definición es el origen de todas las anteriores.

En el cuadro vemos cómo Francisco de Goya interpretó una de las escenas de la novela que más representa este movimiento literario, El Lazarillo de Tormes. Tras este libro comienza el género literario que llegó a la gente normal de manera más directa, pues representó sus vidas.

De Francisco de Goya – http://www.allpaintings.org/d/111669-2/Goya+-+El+garrotillo.jpg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3529459

Lazarillo de Tormes

Tan influente ha sido este libro en la cultura española, que desde entonces, cualquier persona o animal que guía a un ciego se le conoce como ‘lazarillo’. Probablemente, lo que más atrajo a la sociedad española de este libro es que la mayoría de gente se veía reflejada en la vida del pobre Lázaro.

En este vídeo podéis ver un resumen de la obra:

Lázaro, un niño de clase social baja, se ve obligado por su familia a servir a gente a cambio de sustento (comida). Mostrando la realidad de la época, Lázaro es tratado como una propiedad, y su amo tiene derecho a pegarle y maltraterle como le venga en gana. Un sirviente de la época, que hoy día sería llamado un esclavo.

Aunque esta situación era la realidad para la mayoría de la población española, fue una revolución el escribirlo en una novela, pues hasta la época, solo se habían escrito libros de Caballería y de grandes hazañas de héroes.

El Pícaro es un anti-héroe. Es quien recoge las migajas de pan que se caen al suelo y quien intenta engañar o robar para conseguir algo de comida. Por primera vez en nuestra literatura, los personajes no son caballeros ni héroes, sino ladrones, prostitutas, estafadores y gente de mal vivir.

El Pícaro siempre intenta subir de clase social y mejorar su vida, pero nunca lo consigue. No importa cómo lo intente, siempre termina siendo pobre de nuevo. Así, los libros parecen no tener fin y siempre vuelven a la misma situación penosa. Una crítica a la realidad de España.

Durante sus aventuras, el Pícaro conoce a mucha gente muy diversa. Siempre intentará sacar beneficio de todas las situaciones y en muchas ocasiones acabará apaleado, engañado o castigado de alguna forma.

Tras esta novela, que no sabemos quién la escribió, surgió una gran serie de novelas de diversos autores siguiendo el mismo patrón ya que fue un éxito rotundo. Una de las más famosa fue El Buscón, de Francisco de Quevedo.

El Buscón

Como es natural, tras el éxito rotundo del Lazrillo, otros autores se subieron al carro. El gran Francisco de Quevedo escribió una de sus mejores obras en la vida de Pablos, un pícaro de la época que no tiene escrúpulos.

Hijo de un barbero y una prostituta, pronto tiene que salir a buscarse la vida, y aunque roza la subida de clase social, nunca lo consigue y termina igual o incluso peor que al principio.

Quevedo era probablemente un pícaro de clase alta. Un personaje que siempre vivió bastante bien por su gran inteligencia y fama, siempre en la corte y bien relacionado. Creo que Quevedo podría entrar en la primera definición.

Sin embargo, el escritor también era pendenciero y se mezclaba con las clases más bajas de Madrid a diario. Con lo cual conocía de primera mano la vida de los Pícaros de la época.

Retrata de manera magistral cómo, por más intentos que hacía la gente durante toda su vida, nunca llegaban a mejorar notablemente. Las historias de los pícaros nunca tienen final feliz.

Los Pícaros Modernos

Estamos hablando de gente desesperada, en una sociedad muy clasista y con pocas oportunidades para la mayoría y que solo quiere sobrevivir en una época muy difícil.

No podemos compararnos con el hambre y los problemas que sufría la sociedad española hace cuatro siglos, pero sí es cierto que en muchos casos la situación no es fácil. Por eso, tened cuidado porque los pícaros existen.

Es posible que se les llamen sinvergüenzas, buscavidas o caraduras, pero siguen existiendo. Esto parece algo inherente al carácter de españa y los españoles, o de las personas en general, y si leemos los periódicos podremos encontrar picaresca desde el rey hasta el más pobre de cualquier pueblo.

Podemos verlo en los que cobran el paro (susidio de desempleo) y trabajan en B. En el antiguo rey defraudando impuestos a la hacienda pública. Los trenes de madrid vacíos y viajeros que no pueden subir, ya que el gobierno está dando tickets gratuitos y la gente los reserva todos aunque no vayan a viajar. Los innumerables casos de corrupción política. El vecino que roba la electricidad de la farola de la calle…

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